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LAS MUJERES DE QUITO SUR, MUJERES QUE INSPIRAN



Cedi Quito Sur cuenta con la mayor cantidad de mujeres en Fuerza de Venta


Algo está ocurriendo en Quito Sur. El ambiente siempre difícil del mundo comercial está cambiando. Ya no es tan rígido, tan duro. Las largas jornadas laborales ya no parecen tan largas. El trato entre las personas se ha suavizado. Las sonrisas se han vuelto más frecuentes y suenan de otra forma. Hay algo en el aire que se respira diferente. Todo tiene una explicación. Es por las mujeres. Con la última incorporación, hace dos meses, ahora son siete. Parece poco entre una estructura de 54 prevendedores. Pero hacen la diferencia. Es imposible no notar su presencia, no sentirse a gusto con su calidez. Ignorar su fuerza y la pasión que le ponen al trabajo.


Llegan a su puesto, como todos, a las 6:15 de la mañana. Pero sus jornadas han comenzado mucho antes. Primero han tenido que levantarse y arreglarse ellas mismas y después despertar a sus hijos, dejarlos listos, prepararles la comida. Y terminarán mucho después de salir del trabajo. Llegan a las siete, ocho de la noche, a terminar alguna tarea que sus madres y suegras, sin quienes no podrían dedicarse a lo que les gusta, hayan dejado incompletas.



Denise es la que tiene más experiencia. Está en Arca desde hace dos años. Tiene 33 y es madre de un hijo de 11. Vive con él, su hermano menor y su mamá. Luego de dejar listo a su hijo, es su mamá la que se encarga de llevarlo y recogerlo de la escuela y de estar pendiente de él el resto del día. Gracias a ese apoyo es que ella puede salir sin preocupaciones a hacer su trabajo y asumir el otro rol que tiene además de ser madre, hermana e hija: “el de papá”, como ella define a “encargarse de que no les falte nada a ellos”.


Lorena, de 37 años, está en la compañía hace un año y 5 meses. Al contrario que Denise, su familia es más grande: vive con su mamá, su esposo y sus cinco hijos. El mayor tiene 19, seguido por una hija de 17 y otro hijo de 13. Tiene dos gemelas de 5 años. Se embarazó de ellas cuando ya no quería tener más hijos. Fue una prueba que hasta ahora ha logrado superar con “el apoyo fundamental” de su suegra y su mamá”




El caso de Jocelyn es diferente. Tiene 29 años y llegó a la compañía hace solo un mes. Vive sola con su hija de 8 años y su gran apoyo viene de su exmarido. Se separaron hace 4 años, pero quedaron en buenos términos y gracias a él puede desempeñar todas sus actividades laborales con la tranquilidad de que su hija está en buenas manos.





Aunque las tres vienen de realidades diferentes, concuerdan en el orgullo que tienen al poder trabajar en la empresa más importante del Ecuador. El mejor regalo para Lorena es cuando llega por las noches y su hija le dice “Tú eres la señora de Coca Cola”. Lo cual es algo que, de cierta forma, también reconocen sus clientes. Todos se sorprenden gratamente al ver que hay mujeres donde antes solo había hombres y con muchas de ellas establecen unas relaciones fuertes que a veces superan lo profesional y pasan al plano personal.

Por eso, a pesar de que las jornadas son largas y trabajan seis días a la semana, lo cual les deja muy poco tiempo para estar al lado de sus familias, la estabilidad económica y laboral y la satisfacción de poder sacar adelante a sus hijos compensa todos los sacrificios. También porque les encanta lo que hacen: salir, conocer gente, vender productos, aprender todos los días. Como dice Jocelyn: “si uno hace lo que le gusta no siente cansancio”.


Claro que este cambio no se dio de la noche a la mañana ni de forma espontánea. Se debe al esfuerzo y la convicción de Euribiades Verdu, que con 17 años de experiencia en el área comercial y 3 como Jefe Comercial del Cedi Quito Sur, decidió hacer lo que ha hecho muchas veces en su carrera: darle oportunidades a las mujeres.

De la mano de Capital Humano, elaboró un perfil como el de Denise, Lorena y Jocelyn, y empezó a buscar mujeres para introducir en la organización.

“A la mayoría de mujeres no solo les toca cumplir un rol como trabajadoras, sino también como mamás y esposas. Muchas terminan su jornada y tienen que cuidar a sus hijos, a sus esposos, a veces a sus padres, además de seguir formándose. Esto es una desventaja, pero a la vez es una gran oportunidad para las empresas, pues para lograrlo tienen que ser más ordenadas, más estructuradas y más responsables que los hombres. Lo único que necesitan es una oportunidad”

Al principio no fue fácil. Cambiar la mentalidad de las personas es un trabajo que requiere de mucho diálogo y mucha paciencia. El mundo cambió, pero asimilar esos cambios toma tiempo. En este sentido, Euribiades ha hecho un trabajo de sensibilización permanente con los hombres de su área y los resultados están a la vista. Denise, Lorena y Jocelyn dan fe de ello. Las tres resaltan que sus compañeros han sido muy receptivos y cordiales con ellas y han creado un buen ambiente de compañerismo y apoyo entre todos para lograr los objetivos de la región.


La meta de Euribiades es seguir aumentando el porcentaje de mujeres en la organización. La muestra de que va por el camino correcto es que se ha convertido en un referente de la región. “Me da mucha satisfacción recibir mensajes en los que me reconocen como la persona que está contratando mujeres en Coca Cola y me envían sus hojas de vida. Incluso muchos de nuestros trabajadores, que conocen vendedoras de otras empresas, las animan a que se presenten en nuestra oficina”.


Con su trabajo y sus resultados, Euribiades espera convencer a otros jefes de otras regiones de que se animen a imitarlo y a incluir cada vez más mujeres en sus estructuras de ventas. “Afortunadamente, hoy el mundo es otro. Si no queremos quedarnos atrás, nuestra organización tiene que adaptarse y cambiar. Y en esto, las mujeres van a ser las protagonistas. Es una cuestión de supervivencia.”, puntualiza.

Por su parte, Denise, Lorena y Jocelyn, animan a otras mujeres a que sigan su ejemplo y traigan sus hojas de vida. Las tres coinciden en que esta es una oportunidad que deben aprovechar todas las mujeres que quieran que sus vidas cambien como les ha cambiado a ellas. Como dice Denise “Si una puede, todas podemos”.

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