Este año, cinco nuevos colaboradores se sumaron en las áreas de Innovación y Desarrollo de Tonicorp. Se trata de Noelia Murillo, Coordinadora de Desarrollo; Michelle Barreto, Jefe de Desarrollo; Hernán Lapo, Jefe de desarrollo y Germán Galán, (...). Pero su llegada a la compañía no siguió el camino habitual. El suyo fue un proceso mucho más largo y desafiante, pero que al final dejaría experiencias y aprendizajes invaluables en cada uno de ellos.
Todo empezó en 2021 con el proyecto piloto de semilleros en Planta Toni Guayaquil, que se creó con el fin de atraer talento joven para incorporarlo a la organización. Los trainees se enfrentaron entre sí para obtener una plaza fija, vinculándose en proyectos estratégicos del área técnica, bajo la supervisión y guía de un líder que los acompañó durante todo el proceso, que tuvo una duración de un año y medio.
Durante el programa, los trainees tuvieron la satisfacción de participar en el desarrollo de todo tipo de productos estratégicos para la compañía: helados, yogures, gelatinas. Pero también se enfrentaron a muchos y diferentes retos.
Desarrollar un nuevo producto es un proceso complejo, que involucra muchos desafíos técnicos y logísticos. Para los trainees, estos últimos fueron los más difíciles de superar. Michelle y Hernán coinciden en que el reto más grande fue la alineación de todas las áreas involucradas en el proceso, lo cual implicaba hablar con muchas personas, mantener una comunicación fluida y desarrollar habilidades blandas como la paciencia, la determinación y asertividad.
Otro de los retos que resaltan los trainees fue el de la adaptación. Para Noelia, llegar a una empresa de las dimensiones de Toni y adaptarse a los procesos y la forma en que se hacen las cosas, fue todo un desafío. Desde afuera, la salida de un nuevo producto es algo natural. Pero desde adentro es un proceso inmenso que a veces puede llegar a ser abrumador. Por eso la adaptación se vuelve clave.
La experiencia de Michelle expresa muy bien el valor del programa. Ella era la única candidata que tenía un puesto fijo antes de vincularse al proceso. Lo dejó porque su sueño era trabajar en Toni, ya que la planta quedaba cerca de su casa y vio su construcción desde cero en sus viajes diarios hacia la universidad. Hoy, luego de haberlo conseguido, está segura de que, de no haberlo hecho, de todas formas, estaría agradecida por haber tenido la oportunidad de vivir la experiencia, por todo lo que aprendió y creció como persona y como profesional.
Es importante resaltar que cada uno de los trainees contó con un acompañamiento cercado de sus padrinos, como se denominó a los líderes de Toni que apostaron por estos jóvenes, quienes con gran apertura y predisposición destinaron parte de su tiempo a formar, trasladar sus experiencias y conocimientos a los trainees, con el fin de desarrollar nuevos talentos.
Al final, la expectativa de lograr una posición fija fue la motivación que llevó a los trainees a seguir en el proceso. Pero los retos a los que se vieron enfrentados fueron los que se convirtieron en las enseñanzas que los hicieron crecer y que les servirán para toda la vida.
Reconocemos a quienes formaron parte de este proyecto y auguramos los mejores éxitos al equipo de trainees que logró destacar y alcanzar una posición fija en Toni, estamos seguros de que su aporte a la organización será de gran valor para el logro de los objetivos propuestos.